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XII MOSTRA DE CERVESA ARTESANA A MEDIONA 2017

Sant Joan de Mediona

Este pasado fin de semana, tuvimos la oportunidad de asistir a la XII Mostra de Cervesa Artesanal de Mediona, todo un acontecimiento para cualquier cervecero. Os preguntaréis, ¿Dónde diablos está Mediona? Pues es un pueblo pequeño situado en la comarca del Alt Penedés, a una hora de Barcelona y en un ambiente bastante rural.

Sant Joan de Mediona. Fuente: elsabortradicional.com

Seguramente aún surgirán más preguntas ¿ Y cómo es que en un pueblo tan pequeño se organiza un evento tan apetecible? Pues la respuesta está en la historia de la Mostra. En una pequeña masía situada a 3 km del pueblo llamada Masía Agullons viven Carlos y Montserrat, una pareja entusiasta de la cerveza que en 2005 deciden organizar, junto con el ayuntamiento de Mediona una feria en la que varios productores podrían dar a conocer sus novedosas creaciones.

El evento es desde el principio una reunión de cerveceros amigos, que colaboran entre sí. Allí se conocen mejor, intercambian conocimientos y del mismo modo la gente que viene de visita entra a formar parte del buen rollo cervecero. Pronto la mostra se convierte en una de las más queridas por los participantes, y los ecos de tan apetecible encuentro empiezan a resonar por Cataluña y más tarde por España y Europa. Cada año crece el número de participantes, llegando a 76 en la XII edición (2017).

Cartel de la XII mostra de cervesa artesana a Mediona

Es el primer año que tenemos la oportunidad de ir. Nos hacía mucha ilusión y la verdad, las expectativas se han cumplido con creces. Os vamos a contar cómo fue nuestro día en Mediona.

 

Nuestro fin de semana comenzó con una cata el viernes en Sitges, en la tienda La Garriga, donde hicimos una degustación de nuestras tres cervezas y fuimos muy bien recibidos. Tras acabar, sobre las 22 h, volvíamos a la furgo y rumbo a Sant Joan de Mediona. En el bar «Las 3 Pedres» los organizadores emplazan a todos los cerveceros que vamos llegando, se pinchan  barriles de Ales Agullons y la magia comienza a fluir. Nosotros llegamos cansados, pero el ambiente desde el principio nos hace bullir.

Ya están varios cerveceros por allí, algunos conocidos y otros por conocer,  Sergio Ruiz, de Populus, los anfitriones Carlos y Montse nos reciben calurosamente. Y poco a poco conocemos a más gente. Nos cuentan entusiasmados, como funciona la feria y las novedades de este año, tras once «mostras» en las calles del pueblo, nos reuniremos en en campo de fútbol de la localidad. Entre cerveza y cerveza se nos hacen casi las tres de la madrugada, y ya es hora de descansar para el gran día.

El día de la Mostra

El sábado a las 8 el campo de futbol ya es un hervidero de tiradores, carpas y otros elementos propios del gremio. Se van erigiendo las paradas, no sin dificultades. Que si me falta tal pieza, que si no arranca el motor del enfriador, que si me he dejado los cubos, el destornillador… Pero no cunde el pánico, y los olvidos son solventados gracias a la colaboración entre artesanos y la ayuda y disposición de la organización. Nosotros tuvimos un problema con la sombrilla que nos debía resguardar y LA ORGANIZACIÓN dispuso de una carpa en perfecto estado que nos protegió del implacable solazo, ¡MIL GRACIAS POR ELLO!

Alejandro en el puesto preparado para cervecear.

Sobre las 11, y tras un copioso almuerzo, comenzaban a llegar los primeros visitantes y a probar Rondadora Blanca y Tronzadora, las dos cervezas que comenzamos pinchando. Intercambiábamos cañas con nuestros vecinos, Cervesas Ponent y La Cibeles y como aún no había mucha gente alternábamos el turno de barra con las vueltas en círculo por todos los puestos. Marcas muy famosas se mezclaban con otras apenas conocidas, con otros que venían de lejos, dando un colorido sensacional a la muestra y haciéndonos querer probar todas las cervezas allí presentes.

Desde El Pobo, una de las primeras visitas a nuestro puesto.

Y como no solo de cerveza vive el hombre, la música también hacía acto de presencia en Mediona, desde las 11:30 am, Birraswing empezaban con el jaleo, y a la 1:00 pm los barceloneses Old Tucson tomaban el relevo bajo la tostada de mediodía.

Uno de los grupos que pasaron por el escenario.

El impenitente astro rey intentaba marcar el ritmo, pero cerveceros y visitantes nos zafábamos de su tiranía a base de pequeños recodos en sombra bajo las carpas y, sobre todo, buenas birras. Había de cualquier estilo imaginable, los asturianos Cotoya nos daban a probar un híbrido cercano a la sidra, incorporando mosto de manzana en la fermentación, los catalanes Gatgraz sorprendían con una sabrosa birra al jalapeño, Yakka y Populus pinchaban dos fenomenales cervezas ahumadas y muchas otras creaciones refrescaban el paladar.

 

El equipo de Yakka aprovechando la sombra al máximo

Salchichas imperiales

Avanzaba el día y la actividad frenética que llevábamos nos hacía consumir mucha energía, así que teníamos que reponer. La magia del evento hacía que nuestro vecino de Domus (cervecera de Toledo) fuera un exquisito cocinero (inventor de la pizza de cerveza), y, bien pertrechado con cazuela eléctrica nos preparaba unas salchichas imperial stout (un estilo de cerveza) a la mostaza que podrían dejar a cualquier ganador del Máster Chef ese a la altura del betún.

Ya me entra hambre otra vez…

Tras semejante manjar de los dioses llegaba el momento más duro, la digestión a más de 35 ºC y con descenso de la actividad. Apenas lográbamos mantener un hilo de vigilia entre cabeceos. Menos mal que pronto las agradables visitas a nuestro stand nos hacían recuperar el hálito de vida.

Avanzaba la tarde y con ella el sol se inclinaba hacia nosotros al son de una charanga pasacalles que acaba definitivamente con cualquier caraja. Recibíamos visitas de cerveceros como Miquel, de Cerberus, con quién debatíamos amigablemente sobre la situación política mundial. En este momento de se incorporó un elemento clave para entender el resto de la feria, el porrón.

Concluimos con Miquel, que si una cosa nos une a catalanes y aragoneses, se puede decir que es un porrón lleno.

«O porrón» no paro de «pixar»

A partir de ahí el pulso se acelera, Rondadora toma el porrón y se recorre los puestos. ¿Que se acaba el líquido? Pues reponemos en el puesto donde eso sucede. Y a rodar,  y a contarla, y a darnos a conocer. Francamente, la gente agradece el trago fresco en semejante envase. Apenas podemos hacer un descanso para echar un bocado porque se acelera todo. El encanto de Mediona desborda los puestos y te das cuenta al  caminar, donde antes había rostros sin nombre ahora hay sonrisas, simpatía y muchas historias compartidas.

Sin darnos cuenta dejamos atrás el ocaso y llega la oscuridad. Pero no en el recinto, donde los puestos siguen sirviendo birra. Nosotros seguimos con el porrón a vueltas mientras las charlas cada vez más profundas se suceden. A partir de medianoche comienzan a desmontar algunos compañeros, y otros a montar… a montar jaleo. Y es que las notas musicales que salen aún de algún puesto y de la discomóvil de la organización nos mantienen activos hasta bien entrada la madrugada, como dirían los Barón Rojo.

Los tragos y las risas se intercalan en el ambiente.

El ambiente es magnífico, pero los bostezos van apareciendo. Aún hay que cargar la furgoneta, muchos tienen que conducir y poco a poco se vacía el recinto. La solidaridad intercerveceros sigue presente en este punto, da gusto, la verdad. A nosotros nos toca dormir en tienda, sobre la tierra del campo de fútbol, que pese a todo a estas horas nos sabe a gloria.

Y así acaba nuestra jornada en la Mostra de Cervesa de Mediona. Un evento que recomendamos a cualquier amante de la cerveza artesana, sea productor, microcervecero, catador,  proveedor, gremio relacionado, o simplemente aficionado con ganas de probar nuevas creaciones y empaparse del mundillo. Esperamos poder volver en próximos años y veros por allí. Hasta la próxima!!!

Selfie locura  de cierre de evento.

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