Esta es la historia de cómo hemos elaborado nuestra primera cerveza especial de navidad. Esta edición única, no a la venta, es un regalo que nos gustaría poder compartir con todos aquellos que nos habéis apoyado y acompañado durante estos años.
Nace (como nuestro proyecto) de la mano de Ramón Lanau, y la vendimia de sus uvas. Durante la fermentación del vino tinto, los hollejos (pieles de las uvas) se mantienen en contacto con el mosto, para que mientras este se convierte en vino, se vaya enriqueciendo del color, situado exclusivamente en la piel. Cuando la fermentación acaba y todo el azúcar ha sido convertido en alcohol por las levaduras, se mantiene unos días más para seguir extrayendo, y finalmente se prensa para separar el vino: aquí empieza nuestra historia.
El vino salió cojonudo, como es habitual, así que decidimos aprovechar ese magnífico subproducto: mezclamos 200 kg de hollejos con 600 litros de agua y los tuvimos macerando durante 3 días para extraer los aromas, sabores y azúcares que todavía contenía, para muestra ¡mirad el color del agua!.
El sábado 22 de Octubre al punto de la mañana, cogimos este agua y la bombeamos al interior de la fábrica. Tras ajustar el pH y las sales, comenzamos la maceración con las siguientes maltas y cereales:
Malta Pale Ale: 185 kg.
Malta Cara Amber: 25 kg.
Cara Hell: 12 kg.
Caramunich: 5kg.
Cebada tostada (sin maltear): 7kg.
Durante el hervor añadimos:
Lúpulo Columbus: 315 g.
Cardamomo: 80g.
Canela en rama: 70g.
Jengibre en polvo: 100g.
Piel de naranja: 220 g.
Y en la fermentación:
Levadura Nottingham Ale: 500 g.
Vainilla: 50 g.
A estas alturas el sabor ya nos iba sorprendiendo… pero aún había más: durante la maduración, añadimos un curioso preparado a base de cacao y vainilla macerados durante 1 semana en una suerte de whisky casero: una de nuestras pruebas de cerveza fué destilada y macerada con chips de madera de roble durante dos años (esta es otra historia que repetiremos y os contaremos más adelante).
Sólo nos quedaba vestir esta locura de cerveza, y que mejor que un envoltorio que contara esta misma historia: además de un detalle queríamos que esta cerveza fuera una sorpresa, así que tras un soso envoltorio se esconde una curiosa historia y una cerveza bastante especial (de navidad… y de sabor!).
Tras varias pruebas de diseño, y muchas horas pegados a la pantalla del ordenador, solo quedaba envolver y atar estas 1.122 botellas.
Como véis, esta elaboración es bastante particular… como su resultado, el cual ni nosotros mismos esperábamos así, esperamos que la degustéis y disfrutéis como lo que es.
!FELÍZ AÑO!